Un film ―a 3 dimensiones― es una película cuyos efectos ópticos mejoran la ilusión de profundidad del espectador. Cámaras en movimiento graban desde dos perspectivas (o se generan en el ordenador durante la post-producción).
Cuando se proyecta el filme es necesario usar unas gafas especialmente diseñadas para que el producto visual se perciba con un mayor nivel de realidad.
Ya desde 1950 se cuenta con la tecnología para producir este tipo de películas; sin embargo, su realización es verdaderamente costosa. Los sistemas de 3D que más se han desarrollado en las últimas décadas son los siguientes:
Ya desde 1950 se cuenta con la tecnología para producir este tipo de películas; sin embargo, su realización es verdaderamente costosa. Los sistemas de 3D que más se han desarrollado en las últimas décadas son los siguientes:
Sistemas de polarización
Con este método sobre la pantalla se superponen dos imágenes usando varios filtros de polarización. El espectador lleva gafas que poseen filtros polarizadores que se orientan con ángulos diferentes.
Ya que cada filtro deja pasar sólo la luz de la misma polarización y bloquea la distinta, cada ojo ve una imagen desigual. Mostrando distintas perspectivas se logra crear una imagen tridimensional.